
La situación de la vivienda en Cuba sigue siendo un tema de gran preocupación, y el caso de Yanisley Oliva Díaz es un claro ejemplo de los desafíos que enfrentan muchas familias en el país. Esta madre cubana de tres pequeños ha denunciado públicamente la acción de la empresa eléctrica que retiró el medidor del hogar donde reside, dejándola sin acceso a la electricidad y, por tanto, sin la posibilidad de cocinar para sus hijos. Esta medida, que ella considera una presión para que abandone el inmueble estatal que ocupa en Las Tunas, resalta la difícil realidad que vive.
En una conmovedora publicación en Facebook, Yanisley compartió los motivos que la llevaron a ocupar la vivienda. Después de más de dos años solicitando ayuda habitacional sin recibir una respuesta favorable, se vio obligada a actuar. La propiedad, según narra, se encontraba abandonada, utilizándose únicamente para oficinas una vez al mes. Al entrar, encontró documentos y pertenencias sin protección, lo que acentuó su decisión de tomar un lugar que claramente no estaba siendo usado.
Yanisley enfatizó que su acción no fue violenta; la puerta de entrada estaba entreabierta y la llave aún permanecía en su lugar. En sus palabras, se sintió “obligada” a buscar un hogar digno para sus hijos, quienes tienen entre 2 y 11 años, y pertenecen a un contexto familiar donde previamente convivía con diez personas más en un espacio reducido, lo que complicaba su calidad de vida.
El testimonio de Yanisley Oliva Díaz no solo pone de relieve la escasez de opciones habitacionales en la isla, sino que también refleja la desesperación de muchas familias que luchan por un espacio seguro y adecuado donde vivir. La historia invita a la reflexión sobre la situación del acceso a la vivienda en Cuba y el papel de las instituciones frente a aquellas personas que buscan un hogar digno.
La comunidad sigue atenta a esta situación, esperando que se escuche la voz de quienes, como Yanisley, solo desean un lugar donde criar a sus hijos y asegurar su bienestar, el cual a sido prometido por el propio gobierno y todo a quedado en puras promesas.