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El régimen cubano ha lanzado una campaña internacional para promocionar un procedimiento quirúrgico “único en el mundo”, destinado al tratamiento del Parkinson. Esta oferta, dirigida al turismo médico, tiene un costo que oscila entre 7,000 y 20,000 dólares, dependiendo de la complejidad del caso.

Una Oferta Atractiva para Pacientes Extranjeros

Las operaciones son realizadas por neurocirujanos cubanos en centros especializados, respaldados por instituciones médicas del Estado. El gobierno presenta este servicio como una alternativa de alta calidad y bajo costo en comparación con otras opciones internacionales, buscando posicionar a Cuba como un destino atractivo para pacientes que buscan tratamiento para el Parkinson.

Sin embargo, esta campaña ha desatado una ola de indignación entre los ciudadanos cubanos, quienes enfrentan graves deficiencias en el sistema de salud pública. La escasez de medicamentos básicos, las condiciones precarias de muchos hospitales y la falta de especialistas han llevado a una crisis sanitaria que afecta a millones.

Desigualdad en el Acceso a la Salud

Mientras el régimen destina recursos, equipos de alta tecnología y personal altamente calificado para atender a pacientes extranjeros, los cubanos deben lidiar con sistemas de salud saturados. Muchos deben hacer largas colas para conseguir una consulta, realizarse exámenes o obtener una receta médica. Esta situación genera un fuerte contraste entre la atención dada a turistas médicos y la precariedad del servicio que reciben los nacionales, lo que alimenta el resentimiento entre la población.

Críticas y Denuncias

Organizaciones independientes y voces críticas aseguran que el régimen ha convertido la salud en un negocio, priorizando los ingresos del turismo médico sobre el bienestar de su propia población. Esta mercantilización de la salud ha suscitado preocupaciones sobre la ética del sistema de salud en Cuba, que, en teoría, debería garantizar atención adecuada a todos los ciudadanos.

La promoción de este procedimiento quirúrgico, en medio de la crisis del sistema de salud pública cubano, pone de relieve las profundas injusticias y desigualdades que enfrenta la población. Al tiempo que el régimen busca atraer turismo médico, millones de cubanos continúan luchando por acceder a servicios básicos de salud, lo que plantea serias interrogantes sobre la verdadera prioridad del gobierno.

La controversia en torno a la campaña de promoción del tratamiento para el Parkinson en Cuba es un reflejo de las tensiones que predominan en el sistema de salud cubano. Si bien la cirugía representa una opción avanzada para algunos, es innegable que la atención médica para los propios ciudadanos se ha visto comprometida. La salud debe ser un derecho accesible para todos, y no una mercancía dirigida a generar ingresos a expensas de la calidad de vida de la población. La situación actual exige una reflexión profunda sobre la dirección que debe tomar el sistema de salud en Cuba y la urgencia de abordar las desigualdades que lo afectan.

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