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Un video perturbador ha comenzado a circular en redes sociales, generando una ola de indignación entre los ciudadanos. Las imágenes, tomadas en pleno Malecón de La Habana, muestran a un hombre descuartizando un perro cerca de la calle Perseverancia. Este acto espantoso fue denunciado por la usuaria Suki Cintra, quien expresó su preocupación por la seguridad de las mascotas en la ciudad y la posible venta ilegal de carne de animal.

La crueldad animal que se evidencia en este incidente no solo es un acto repugnante, sino que también refleja una alarmante impunidad que parece prevalecer en Cuba, a pesar de la existencia de la Ley de Bienestar Animal. Este tipo de situaciones no solo afectan a los animales, sino que también repercuten en la comunidad, exponiendo a familias y niños a actos de violencia y deshumanización.

La crisis económica que enfrenta Cuba ha llevado a muchos ciudadanos a recurrir a medidas extremas en su búsqueda de alimentos. La escasez de productos básicos ha creado un clima de desesperación, donde incluso actos tan atroces como este se convierten en una realidad. Este es ya el segundo caso documentado en las redes y evidencia una situación alarmante, donde la lucha por la supervivencia empuja a algunos a cruzar límites inimaginables. La falta de acceso a recursos esenciales no solo impacta la alimentación, sino que afecta gravemente el bienestar de la sociedad en su conjunto, deshumanizando y vulnerando a los más indefensos.

Las carnes obtenidas de los animales en situaciones como la que hemos presenciado suelen encontrar su camino en el comercio negro de la isla. Este tipo de mercado clandestino, alimentado por la desesperación y la falta de recursos, se convierte en una alternativa para aquellos que luchan por sobrevivir en medio de la crisis económica. La venta ilegal de carne no solo representa un riesgo para la salud pública, al no cumplir con los estándares de sanidad, sino que también contribuye a una economía paralela que evade el control estatal. Este fenómeno destaca una realidad inquietante, donde el bienestar animal se ve comprometido y la ética se deja de lado en la búsqueda de una solución temporal a la escasez alimentaria. Así, se perpetúa un ciclo de violencia y deshumanización que impacta no solo a los animales, sino también a la sociedad en su conjunto.

Es inaceptable que hechos de esta naturaleza ocurran donde se espera que la convivencia sea pacífica y respetuosa. La denuncia de Suki Cintra resalta la necesidad de una mayor conciencia y educación sobre el bienestar animal, así como el imperativo de que las autoridades tomen medidas efectivas para prevenir y sancionar este tipo de crueldades.

La combinación de desamparo hacia los animales y la falta de aplicación de leyes que deberían protegerlos pone en evidencia un grave problema social que no podemos pasar por alto. La indignación que ha suscitado este video es una llamada a la acción para todos nosotros. Es fundamental que alzemos nuestra voz, exijamos justicia y apoyemos iniciativas que promuevan el respeto y la protección de todos los seres sintientes.