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La Habana enfrenta una nueva paralización en su ya frágil sistema de transporte público: las Gazellas, esos pequeños vehículos amarillos que funcionan como metrotaxis y que han sido una alternativa para miles de habaneros, están completamente fuera de servicio debido a la falta de combustible. Transportación Habana (TH), entidad oficial encargada del servicio, confirmó en sus redes sociales que ninguna de estas unidades ha podido ser abastecida, dejando a la capital sin esta opción de movilidad. Este apagón en el servicio se suma a la larga lista de problemas que atraviesa el transporte en Cuba, donde la escasez de combustible afecta no solo a las Gazellas, sino también a ómnibus estatales, taxis y otros medios. La crisis impacta directamente la vida diaria de los ciudadanos, que ahora deben enfrentar largas caminatas y esperas prolongadas en paradas saturadas, mientras la ciudad parece detenerse lentamente.

¿Qué son las Gazellas y cuál es su importancia?

Las Gazellas, o gacelas como se les conoce popularmente, son microbuses importados de Rusia que comenzaron a operar en La Habana desde 2019 como una solución intermedia entre el transporte público estatal y el transporte privado. Con 435 vehículos distribuidos en 23 rutas, su función es aliviar la sobrecarga de los ómnibus y colectivos estatales, ofreciendo un servicio más ágil y accesible. Sin embargo, la realidad es que menos de la mitad de la flota está operativa debido a problemas técnicos, falta de mantenimiento, escasez de piezas de repuesto y, ahora, la ausencia total de combustible. En el primer semestre del año se dejaron de realizar más de 325 mil viajes, afectando a más de cuatro millones de personas que no pudieron utilizar este servicio.

Factores que han llevado a la paralización

La falta de combustible es la causa principal de la paralización total de las Gazellas en La Habana. Transportación Habana informó que no han recibido nuevos suministros para poder abastecer las unidades, y la asignación diaria de diésel es insuficiente para cubrir toda la flota. Según el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, la asignación diaria para estos vehículos apenas cubre alrededor del 60% de las necesidades, lo que ya limitaba la operación regular antes de esta crisis total. Además, el deterioro acumulado de la flota, las frecuentes roturas —que pueden llegar a 40 o 45 diarias— y la falta de piezas de repuesto agravan la situación. A esto se suma la crisis energética y la escasez generalizada de recursos en el país, que también afectan a otros sectores clave como la salud, la agricultura y la educación.

Impacto en la vida cotidiana de los habaneros

La paralización de las Gazellas deja a miles de personas sin una opción vital de transporte, especialmente en una ciudad con más de un millón y medio de habitantes que depende enormemente del transporte público para desplazarse a sus trabajos, escuelas y otros compromisos diarios. La ausencia de este servicio obliga a los ciudadanos a caminar largas distancias o esperar horas en paradas abarrotadas, aumentando la frustración y el estrés cotidiano. Este problema se agrava en momentos de alta demanda, como el fin de semana de vacaciones escolares, cuando muchas familias planean desplazamientos dentro de la ciudad y no encuentran alternativas viables. La falta de respuestas claras por parte de las autoridades y la ausencia de fechas para el restablecimiento del servicio profundizan la incertidumbre.

El transporte público cubano en cifras y contexto

La crisis de las Gazellas es solo un reflejo del colapso generalizado del transporte público en Cuba. Según datos oficiales, el volumen de pasajeros transportados en 2024 fue apenas el 60,6% del registrado en 2006, y solo entre 2023 y 2024 la caída fue superior al 12%. En La Habana, la disponibilidad de ómnibus ha disminuido significativamente, y muchas rutas están paralizadas o funcionan con servicios muy limitados. El ministro de Transporte ha reconocido públicamente la gravedad de la situación, señalando que la escasez de combustible, el mal estado de las vías, la sobreexplotación mecánica y la falta de repuestos son obstáculos que dificultan la operación eficiente del sistema. Aunque se han anunciado planes para mejorar la logística y recuperar infraestructuras, los resultados aún no se reflejan en la vida diaria de los habaneros.

Una ciudad paralizada y sin soluciones a la vista

La paralización total de las Gazellas en La Habana es un síntoma más de la profunda crisis que atraviesa el transporte público en Cuba. La falta de combustible, el deterioro de la flota y la insuficiente gestión han dejado a miles de personas atrapadas en una ciudad que se mueve cada vez menos. Mientras el gobierno anuncia esfuerzos para revertir la situación, la realidad en las calles es de incertidumbre, largas esperas y frustración. La pregunta que permanece es clara: ¿hasta cuándo seguirá esta paralización que afecta la vida cotidiana y la movilidad de los habaneros? Desde Cuba 24/7, continuaremos informando y visibilizando esta realidad que muchos prefieren ocultar, para que no se pierda de vista el impacto humano de esta crisis.

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