
La empresa estatal de telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, ha apuntado recientemente a la proliferación de antenas ilegales y actos de vandalismo como las causas del pésimo servicio de telefonía móvil que enfrentan los cubanos. Sin embargo, esta denuncia parece ser otra justificación más para desviar la atención de las deficiencias estructurales y de gestión que ha enfrentado la compañía durante años. En este artículo, analizaremos cómo estas afirmaciones de ETECSA reflejan una falta de compromiso con la calidad del servicio y una incapacidad para abordar los verdaderos problemas que afectan a los usuarios.
Un histórico de deficiencias en el servicio móvil
Desde su expansión, el servicio de telefonía móvil en Cuba ha estado marcado por la insatisfacción de los usuarios. Quejas sobre conexiones lentas, interrupciones constantes y tarifas excesivas no son novedad y han sido una constante en la experiencia del usuario cubano. A pesar de las promesas de mejoras y el avance tecnológico en otras partes del mundo, ETECSA ha mostrado una preocupante falta de progreso en su infraestructura y atención al cliente.
Recientemente, la empresa ha presentado a las antenas ilegales y el vandalismo como los villanos de esta historia, desviando la atención de los problemas internos que han contribuido a la degradación del servicio. Esta estrategia parece servir más como un intento de evadir la responsabilidad que como una solución real a los desafíos que enfrentan los usuarios.
Antenas ilegales: Un chivo expiatorio conveniente
La afirmación de que las antenas ilegales son las causantes de un mal servicio suena a una justificación que oculta las fallas administrativas de la empresa. Si bien es cierto que estas instalaciones no autorizadas pueden interferir con la señal, es importante señalar que ETECSA tiene la responsabilidad de gestionar y regular el espectro radioeléctrico. La falta de una respuesta efectiva a la proliferación de antenas ilegales sugiere una gestión deficiente en lugar de un problema incontrolable.
Los usuarios se ven atrapados en una telaraña de justificaciones, mientras ETECSA continúa enfrentándose a críticas por su incapacidad para ofrecer un servicio confiable. Hacer de las antenas ilegales el foco de la culpa no aborda el hecho de que muchos cubanos todavía dependen de un servicio que no funciona adecuadamente y que ha sido objeto de constantes quejas.
Vandalismo: ¿Un problema real o un argumento de distracción?
La denuncia de ETECSA sobre actos de vandalismo en sus torres y equipos también plantea interrogantes. Aunque el vandalismo es un problema que sí merece atención, la compañía parece utilizarlo como un argumento fácil para justificar las fallas en su servicio. En lugar de reconocer sus carencias en términos de mantenimiento y seguridad, el argumento refuerza la idea de que hay factores externos incontrolables que contribuyen al deterioro del servicio.
La falta de información concreta sobre la magnitud de los daños y las áreas más afectadas deja a los usuarios aún más frustrados y confundidos. Así, el vandalismo se convierte en un argumento que eclipsa la necesidad urgente de que ETECSA implemente un plan claro y eficaz de mejora y mantenimiento de su infraestructura.
La reacción de los usuarios: Frustración y desconfianza
Ante estas declaraciones, la respuesta de los usuarios es, en gran medida, de frustración y desconfianza. Muchos han expresado su escepticismo ante la narrativa de ETECSA, considerando que estas justificaciones son un intento de ocultar una realidad incómoda. Para los cubanos, que padecen un servicio que sigue sin cumplir con sus expectativas, el señalar las antenas ilegales y el vandalismo parece una estrategia para evadir la responsabilidad y la rendición de cuentas.
El descontento va más allá de la calidad del servicio; se pone en duda la voluntad de ETECSA para mejorar realmente la situación. Los usuarios desean acción y soluciones reales, no excusas que perpetúen la problemática existente.
La situación actual del servicio de telefonía móvil en Cuba es una mezcla de deficiencias estructurales en ETECSA y factores externos como las antenas ilegales y el vandalismo que sirven como justificaciones convenientes. La narrativa que presenta ETECSA refleja un patrón de evasión en lugar de abordar los problemas críticos que afectan a los usuarios.
Cuba 24/7 estará atento a la evolución de esta problemática, exigiendo respuestas claras y soluciones efectivas que realmente beneficien a los cubanos. Mientras tanto, los usuarios merecen un servicio digno y de calidad, así como la transparencia y el compromiso de ETECSA para hacer frente a los retos que se presentan en el ámbito de las telecomunicaciones.